En un día muy triste
contando el tiempo y con tanto que hacer,
no se me ocurre otra cosa
que ponerme despierto a soñar otra vez.
Adiós a las obligaciones
hoy no pienso mover un dedo de mis pies
cada segundo que pasa
mi mente viaja más rápido que arde el papel.
Las ideas más locas
propias de dementes sin cordura,
todas haciendo cola en mis neuronas
y yo no descarto ninguna.
Comprando ya el billete
hacia el espacio en una aerolínea insegura,
y es que no es apuntar tan alto,
sólo es verlo todo a la misma altura.
Buscaré una canción que me lleve lejos
cantaré al mismo son que marque el viento.
Y a las 5 o 6 horas que mi cabeza empieza a reaccionar
se da cuenta de que es un sueño y lo deja estar,
pero una de las neuronitas más traviesas
se queda con la historia y no puede parar de bailar.
Buscaré una canción que me parta el pecho,
cantaré al mismo son que marque el viento.